¡¡¡¡MUUUUUUY BUENOS DÍAS!!!! Arrancamos desde ya este directo de la gran final de la Copa del Rey que disputarán Barcelona y Real Madrid esta noche a partir de las 22.00 horas en Sevilla.
El estadio de La Cartuja se convertirá esta noche en el corazón palpitante del fútbol mundial. Barça y Real Madrid vuelven a verse las caras en una final de Copa del Rey once años después, en un duelo que promete emociones desbordantes, talento a raudales y también mucha polémica. El que siempre ha sido el partido más bonito del año llega envuelto en la máxima tensión tras las declaraciones de los colegiados en la previa contra los vídeos de Real Madrid Televisión. Un barrizal que pone a De Burgos Bengoetxea y González Fuertes, el más combativo en las últimas horas, en el ojo del huracán, con más potencia que nunca.
La rueda de prensa organizada por la Federación tenía muchísimo riesgo. Se sabía que las preguntas sobre los vídeos de RMTV iban a caer en cascada sobre los elegidos de dirigir el choque, pero los organizadores de la comparecencia esperaban el clásico ‘balones fuera’ por parte de De Burgos y González Fuertes. En un tremendo error de cálculo, el colegiado del VAR fue a la guerra contra el Madrid y De Burgos rompió a llorar a la hora de hablar de la consecuencia personal que tienen las críticas del club blanco. La jornada previa a la final acabó con el convencimiento por parte del Madrid de que los árbitros están incapacitados para dirigir un encuentro que puede marcar el devenir de lo que resta de temporada. Tras la amenaza de plante, habrá partido. Hay más que una Copa del Rey en juego.
En lo futbolístico, ambos llegan con matices distintos. El Real Madrid de Ancelotti ha perdido esta temporada el equilibrio y su descomunal pegada. El entrenador italiano dibujaba no hace mucho un equipo con Bellingham marcando los tiempos desde la mediapunta, Vinicius y Rodrygo desbordando por los costados y un Mbappé de impacto inmediato imponiendo su ley en el frente de ataque. Una mezcla letal de verticalidad y control que se ha ido esfumando con el paso de la temporada y que se antoja vital en Sevilla si el Madrid quiere tumbar al Barcelona, que esta temporada le ha endosado ya dos goleadas. Se juega más que un título el Real Madrid.
Enfrente, el Barcelona de Flick encara esta final como una oportunidad más para consolidar su apuesta por los jóvenes y su modelo de juego. El camino recorrido a lo largo del curso ha sido sobresaliente, pero es ahora cuando se deciden los títulos.
El fútbol del Barça no plantea ni secretos ni dudas a pocas horas de la final. Lamine Yamal ya no es solo el uno contra uno, sino la inspiración y la sorpresa en cualquier aparición, el factor más desequilibrante del equipo azulgrana. Raphinha, en gran forma, aporta desborde y trabajo defensivo, mientras que jugadores como Pedri y De Jong deben marcar el ritmo en el centro del campo. Se le cae al Barça Lewandowski, que no es poca cosa.
El duelo en la medular será determinante. El Madrid no tiene más remedio que apostar por el músculo y la experiencia de Tchouaméni y la inspiración de Ceballos, aún tierno tras su lesión en el isquio. Es lo que hay con un Valverde que jugará acostado en la derecha en la posición de lateral. El otro, el izquierdo, será para Ferland Mendy. La duda entre Rodrygo y Modric parece que se inclinará hacia el lado del croata, apostando el Madrid por cuatro medios.
El Barça apostará por la posesión y la presión alta. Será clave cómo cada equipo gestiona las transiciones: el Barça necesita evitar pérdidas en zonas comprometidas, mientras que el Madrid buscará espacios a la espalda con sus velocistas.
Será una batalla táctica, técnica, emocional y física. Será el Clásico que paralice al mundo, con el que soñábamos en Múnich, pero que se dará en Sevilla y con la Copa en juego. Como siempre, más que un partido. Porque no solo se trata de levantar un trofeo, sino de escribir una nueva página en la eterna rivalidad de estos dos equipos, de darle una alegría a una afición que lo vivirá como si fuera la vida misma tras la polémica que rodea al partido. La final de Copa del Rey más caliente de la historia.