Planazo, Barcelona Inter. Partidazo para ver en el sillón, en la PC del laburo o en la puerta del jardín con el teléfono mientras se espera a que salga la salita de cinco. Y es que apenas 37 minutos, los catalanes y los italianos ya iban 2-2. Pero no con golcitos así nomás, de rebotes múltiples, sino con golazos dignos de la Champions League.
Un repertorio que comenzó con una definición exquisita de Marcus Thuram cuando apenas se jugaban 30 segundos, que siguió con una bomba en modo media tijera de Denzel Dumfries en el área chica -¿Wojciech Szczesny no podía salir a cortar?- y que continuó con un jugadón de Lamine Yamal. Para cerrarse con una acción colectiva que cerró Ferrán Torres.
El 1-0, la sorpresa de un Inter voraz
Barcelona –
¡A los 30 segundos! Thuram puso el 1 a 0 ante Barcelona
Si el plan de Simone Inzaghi era contragolpear para aprovechar los espacios, esto quedó demostrado en la génesis del primer gol en Montjuic: el Inter recuperó y atacó en velocidad, dejando dos veces en posición de centro claro a Dumfries. Ahora bien, lo que no estaba en los papeles del deté era que Thuram definiera como lo hizo.
Prácticamente sin que el Barcelona tuviera tiempo de acomodarse en la cancha, Thuram mandó a la red una habilitación de Dumfries ganándole a Iñigo Martínez dentro del área. Un zácate con la espuela del botín derecho que sorprendió a Szczesny, quien no alcanzó a manotear la pelota que le pasó por debajo, y que puso arriba a los italianos.
El golpe certero de Thuram le permitió al Inter interrumpir una racha de 299 minutos sin convertir: su último grito lo había protagonizado Benjamin Pavard en el empate 2-2 frente al Bayern Munich, en el encuentro de vuelta de los cuartos de final. Luego pasaron las derrotas ante el Bologna (0-1), Milan (0-3) y Roma (0-1) hasta esta presentación frente a los Culés.
Ahora bien: Thuram también quebró una marca histórica, pero internacional. Y es que nunca un partido de semifinales de la Champions League se había abierto tan rápido como el Barcelona-Inter. Otro motivo para festejar para el equipo de Lautaro Martínez. Tanto es así que pareció sorprender hasta a los fotógrafos.
El 2-0, una pirueta filosa
Inter milan –
Duumfries aumentó la diferencia ante Barcelona
Dumfries metió un centrazo en el 1-0. Sin embargo, el tipo quería su gol, también. Y que fuera tan bueno como el de Thuram. ¿Imposible? Nada que ver: a la salida de un tiro de esquina ejecutado por Federico Dimarco, el neerlandés se posicionó en el área chica para aguijonear con fiereza. Y con una media tijera impresionante.
El centro de Dimarco fue al vértice del área chica donde se encontraba Francesco Acerbi. El zaguero le dio de cabeza bombeado con dirección a Szczesny. Aunque en el camino, la pelota se encontró con el botín de Dumfries, quien se elevó, se contorsionó en el aire y metió un latigazo ante la mirada de un arquero que estaba clavado en la línea de meta.
El 2-1, obra maestra de Yamal
Barcelona no se iba a quedar quietecito luego de arrancar la serie 0-2. Por supuesto que no. Y tan rápido como pudo, un Lamine Yamal que pareció irse de la entrada en calor con una molestia demostró que estaba entero. Y enojado. Tanto es así que tomó la pelota afuera del área y -ante una marca algo liviana del Inter- hizo una maravilla.
El jovencito de 17 años le ganó la posesión a Thuram sobre la banda diestra del ataque y avanzó hacia el área. Primero, con sigilo, evaluando posicionalmente al rival. Luego, con furia: eludió a Henrikh Mkhitaryan y ante la mirada de Alessandro Bastoni abrió el pie para colocar la pelota en el segundo poste. Besando por dentro la red, garantía de golazo.
El 2-2, una belleza colectiva del Barcelona
El festejo de Ferran Torres (EFE).
Pero en el fútbol un jugador no te gana un partido, ni dos, ni tres. Es cuestión de equipo. Y eso quedó demostrado estéticamente en el cuarto gol de la noche catalana. Una combinación perfecta entre los mejores intérpretes del Barcelona decantó en un toque letal de Ferrán Torres.
Luego de una posesión lateral para esperar el momento exacto para aguijonear, Pedri levantó la cabeza y observó un buen movimiento de Raphinha, quien tiró la diagonal por la banda izquierda del ataque desprendiéndose de la marca defensiva del Inter. El #8, acto seguido, lanzó un pase alto frontal para el brasileño.
Sin embargo, Raphinha no estaba en posición de gol. El que sí aparecía para convertir era Ferrán, quien en rol de ariete picó al vacío para recibir la pelota que le bajó su compañero y con un toque suave puso el 2-2.
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