El sábado representa un día muy importante en la Semana Santa para los católicos, ya que se medita la muerte de Cristo, a la espera de la resurrección, que se da popularmente en el domingo de Pascua.
Se trata del día entre la muerte y la resurrección de Jesús. Esta jornada está dedicada especialmente a la Virgen María, quien padeció la muerte de su hijo. Además, es un día de esperanza por la promesa que había realizado Jesús al decir: “Al tercer día resucitaré de entre los muertos”.
El Sábado de Gloria es significativo para los creyentes porque marca el final del periodo de la Cuaresma, un tiempo en el que se reflexiona y se busca acercarse más a Dios mediante la oración, el ayuno y la caridad.
Las iglesias conservan un ambiente austero, con el sagrario abierto y vacío, sin adornos ni música, en señal de duelo. Varios rincones icónicos del país aprovecharon la Semana Santa para recibir a cientos de turistas.
Los fieles católicos esperan por la presencia del Papa Francisco para el Domingo de Pascua.
En este día, se recuerda el momento en que Jesús resucitó y, por ello, es la fiesta más importante para los cristianos. Las señales de este momento fueron el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.
Cuando anochece este día, tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual. Este acto se realiza durante la noche previa al Domingo de Resurrección. En todas las iglesias cristianas se realiza un ritual similar antes de la medianoche.
A la espera del Papa
Si bien el Vaticano no confirmó su presencia, todos los fieles aguardan por el acto oficial de Francisco. El sumo pontífice, ya recuperado de una neumonía, se mostró en un mejor estado, sin asistencia de oxígeno.